viernes, 28 de noviembre de 2014

Berta y Bosco


Nudo: Apenas podían respirar, el aire era espeso y húmedo, cargado de aliento y saliva. No podían respirar, pero no querían más vida que esa. Esa bajo las mantas, vida de cama y domingo. Vida y piel. Seres humanos y cinco sentidos. Se respiraban, aunque casi no quedaba oxígeno bajo las sábanas.

Planteamiento: La vio de espaldas y la reconoció por las piernas largas y la postura infantil impropia de la mediana edad. Cuando se le acercó sonrió mucho, con expresión sincera y, de pronto, Bosco, supo que todo iba a cambiar. Era la primera vez que se veían después de tantos países, tantas historias, tantas analogías.

Desenlace: Berta cerró la puerta del coche, se aseguró de que llevaba todo lo que iba a necesitar: el cargador, dos mudas de ropa interior, una falda, una camiseta blanca y otra negra, chanclas, un biquini de rebajas y lo puesto. Nada estaba pensado, no lo habían preparado y como los grandes planes sólo podía salir bien. Cerró los ojos, buscó los dedos de Bosco y los acaració uno a uno. "Arranca"

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