jueves, 7 de febrero de 2019

Sin memoria


1.

El mismo.
Lo mismo.
Distintos.

Hubo un tiempo que tuve miedo. De verte. De Sentir. Del vuelco.
Revolcón de entrañas.
Ahora ya no.

No tengo miedo. No de sentir.
Tampoco temo el desapego posterior.

Hay quién se arrancaría cada vello corporal al hacer lo que hacemos nosotros.
Todo.
Nada.
No sé si es natural.

Ya no dormimos con los pies entrelazados. Mi cabeza no encaja en el hueco de tu espalda.
Ya no.

No nos arropamos ni nos miramos al despertar.
Ya no.

No sé cómo, lo hizo el paso del tiempo, supongo.
Hemos olvidado nuestras posturas, nuestras rutinas.

Me encantaba dormir abrazada a tu cuerpo,
pero he olvidado cómo hacerlo.

2.

He olvidado cómo bailar.
Cómo bailar contigo.
Éramos una gran pareja de baile moderno.
Modernos.

He olvidado casi todo eso y sin embargo
no te olvido.

Puedo ir a dormir con otros.
Puedo acostarme sola y mirar al techo sin pensar en ti.
Puedo amar y ser amada.
Y a pesar de eso sigues estando en todas partes.

Pero he olvidado lo más importante.